3. Una breve historia de las teorías del conocimiento

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Estimada Julia:

Seguro que conoces lo que son las ilusiones ópticas. Vamos a servirnos de ellas para plantear un problema que ha preocupado a los filósofos desde el origen de la filosofía.

¿Son nuestros conocimientos, especialmente los sensibles, fiables?

Ramiro.


En la historia de la Filosofía, ambos tipos de conocimiento, el sensible y el inteligible, han mantenido tormentosas relaciones. Muchos filósofos han negado radicalmente la posibilidad del conocimiento sensible, relegándolo a la categoría de mera ilusión, así, por ejemplo, Parménides; mientras que otros han criticado que el conocimiento inteligible pueda separarse del sensible, por ejemplo, Nietzsche.

¿Por qué ha ocurrido esto? Fundamentalmente por un motivo: el conocimiento sensible puede parecer, si lo analizamos con detenimiento, poco fiable.

Fíjate en las siguientes imágenes:

La ilusión de las líneas curvas Los misteriosos puntos blancos
Imag. 6. Autor: Fibonacci .Licencia GNU 1.2 Imag. 7. Autor: Campos . Dominio público
  • En la imagen superior izquierda, las líneas horizontales parecen curvarse, sin embargo puedes comprobar con una regla que son todas rectas y paralelas.
  • En la de la derecha aparecen puntos blancos entre las esquinas de los cuadrados negros, que se convierten en negros si miras a los de alrededor.

¿Nos engañan los sentidos? ¿Nos muestran las cosas tal y como son? ¿Son los sentidos el origen de un conocimiento fiable?

Estas imágenes son ilusiones ópticas, que un psicólogo de la percepción podría explicarnos.

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La duda acerca de la fiabilidad de los sentidos parece, pues, razonable. Piensa además en todos los factores que pueden alterar nuestra percepción sensible: la fatiga, la fiebre o la excitación nerviosa son solo algunos ejemplos. Seguro que tú mismo tienes alguna experiencia de este estilo.

¿Podemos entonces pretender que el verdadero conocimiento tiene su punto de partida en los sentidos, tan poco fiables? ¿Puede construirse un edificio sólido sobre unos cimientos tan frágiles?

Las distintas teorías que sobre el conocimiento se han desarrollado a lo largo de la historia pueden, en general, ordenarse en torno a esta cuestión. Tendríamos, por una parte, las teorías que desconfían de los sentidos y afirman que solo el conocimiento intelectual o inteligible, liberado del conocimiento sensible, puede ser verdadero; por otra parte, las teorías que asumen que todo el conocimiento humano parte de los sentidos, que no son engañosos, por lo que la postura anterior sería absurda.

Haremos un breve repaso de la historia de este problema y las principales actitudes adoptadas en torno a él.

En esta obra se representan los cinco sentidos
Imag. 8. Autor: Jan Steen. Dominio público

Quizás el prototipo de filósofo amante de lo inteligible sea el filósofo griego Platón (427-347 a. de C.). Platón afirmaba que el conocimiento sensible es imperfecto y relativo, cambiante y efímero, por lo que no puede estar en el origen de la verdad, que debe ser universal y eterna.

Ésta es solo accesible a la razón, por lo que para Platón únicamente el conocimiento intelectual es verdadero. Y éste es un conocimiento de conceptos, de ideas, que no tienen su origen en los sentidos.

Pero, si nuestros conocimientos verdaderos no proceden de los sentidos ¿de dónde proceden entonces?

Platón piensa que de alguna manera deben estar en nosotros, independientemente de la experiencia sensible. Deben, por tanto, ser innatos: esto quiere decir que no son aprendidos, no proceden de la información que recibimos del exterior, sino que de alguna forma nacemos ya con ellos.

Platón explicó esto mediante su teoría de la reminiscencia.

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Aristóteles (384-322 a.C.), su discípulo, matizó las opiniones del maestro. Aristóteles pensaba que el conocimiento sensible y el inteligible eran complementarios. Si bien daba primacía al conocimiento inteligible, consideraba que el conocimiento se construía partiendo de la observación de lo sensible particular, y que el entendimiento humano abstraía de lo concreto los rasgos generales para construir con ellos conceptos universales.

Para Aristóteles el conocimiento, por tanto, parte necesariamente de la información sensible, sin que existan en ningún caso ideas o conceptos innatos.

Estas concepciones dominaron el mundo de la filosofía hasta la Edad Moderna. Sin embargo, con la formación de la ciencia entre los siglos XV y XVII y la creciente preocupación de los filósofos acerca del problema del conocimiento aparecieron nuevas perspectivas. Surgieron dos escuelas contrapuestas en torno a la cuestión del conocimiento: el racionalismo y el empirismo.

Descartes, representante del racionalismo
Imag. 9 Descartes, por F. Hals
Dominio público

Ambas escuelas consideraban que el conocimiento se lleva a cabo mediante las ideas, pero divergían en cuanto al origen de dichas ideas y su alcance. El racionalismo no negaba el conocimiento sensible, pero daba primacía, en el orden del conocer, a las ideas innatas (recuerda que son ideas que nacemos con ellas) y al conocimiento racional. El conocimiento humano, pensaba Descartes (1596-1650), puede construirse enteramente al margen de la experiencia sensible, siguiendo el modelo de las matemáticas.

David Hume
Imag. 10. Autor: A. Ramsay
Dominio público

El empirismo ponía en cuestión la existencia de las ideas innatas. Para los empiristas, el origen último de las ideas es la experiencia sensible, por lo que no puede haber conocimiento seguro acerca de nada. Nuestras certezas sobre la realidad, según David Hume (1711-1776), principal representante del empirismo, no son más que un engaño fruto del hábito y la repetición. En el apartado siguiente estudiaremos con más detenimiento el problema del límite del conocimiento.

Kant (1724-1804) intentó una síntesis entre racionalismo y empirismo. Su síntesis partía del hecho de que las facultades humanas para el conocer son fundamentalmente dos: la sensibilidad y el entendimiento. La sensibilidad es pasiva y recibe impresiones sensibles del mundo exterior. Pero el entendimiento es activo, y trabaja con dichas impresiones sensibles ordenándolas y dándoles sentido mediante las categorías, conceptos innatos con los que pensamos la realidad.

Para Kant, por tanto, empiristas y racionalistas tienen una visión incompleta del conocimiento humano: para que éste ocurra son necesarias tanto las impresiones sensibles como los conceptos innatos.

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En este apartado has podido encontrar información relevante respecto a Hume.

Utiliza dicha información para la elaboración de la tarea, pensando sobre todo en los siguientes puntos:

  1. ¿Crees que Hume defendía las ideas innatas como forma de conocimiento?
  2. ¿Cuál es, para Hume, el origen de las ideas?

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Lee con atención las siguientes citas. En ellas, distintos filósofos hablan de los sentidos. Debes señalar si te parece que están más de acuerdo con las teorías racionalistas (que consideran los sentidos poco fiables) o con las empiristas ( que afirman que los sentidos son el origen de todo nuestro conocimiento).

1) "Nada hay en la mente que no haya estado antes en los sentidos." (Aristóteles)
  
Racionalista.
Empirista.

2) "Despréndete de todas las impresiones de los sentidos y de la imaginación, y no te fíes sino de la razón." (René Descartes)
  
Racionalista.
Empirista.

3) "Si los sentidos no son veraces, toda nuestra razón es falsa." (Lucrecio)
  
Racionalista.
Empirista.

Como habrás podido observar, las distintas teorías del conocimiento han discutido esencialmente sobre dos cuestiones básicas: el origen y los límites del conocimiento humano.

A ellas nos dedicaremos en el siguiente apartado.

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Las ideas fundamentales de este apartado son:

  1. Las teorías del conocimiento han girado, en general, en torno a la cuestión de la fiabilidad de los sentidos.
  2. Teorías que han desconfiado de los sentidos, proponiendo como único conocimiento verdadero el conocimiento intelectual, han sido: en la antigüedad, Platón; y en la edad moderna, los racionalistas.
  3. Teorías que han señalado los sentidos como necesario origen de todos nuestros conocimientos han sido: en la antigüedad, Aristóteles; y en la edad moderna, los empiristas.
  4. Kant intentó una síntesis entre racionalismo y empirismo.

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Estimado Don Ramiro:

He leído con atención los documentos que me ha mandado. Una vez más la filosofía hace que me pregunte cuestiones que hasta ahora creía más o menos seguras:

¿Hasta dónde puede llegar el conocimiento humano? ¿Es posible un conocimiento de aquello que está más allá de nuestra experiencia? ¿Podemos saber qué nos espera tras la muerte? ¿Existe el alma?

Atentamente.

Julia.